Existen múltiples medicamentos que pueden causar alopecia como efecto indeseado ya que se produce una agresión a las células de los folículos pilosos que tienen la propiedad de dividirse rápidamente. Su mecanismo de acción afecta a las fases del ciclo vital del pelo, pudiendo diferenciarse un efluvio telógeno y un efluvio anágeno.
En el efluvio telógeno se produce una pérdida de cabellos normales debido a una evolución prematura de los folículos en fase anágena (fase de crecimiento) hacia fase telógena (fase de reposo) y se suele iniciar a los 2-3 meses del inicio del tratamiento con distintos fármacos.
Los principales grupos terapeúticos y principios activos que provocan caída de pelo son algunos de los utilizados para el tratamiento del acné, anticoagulantes, antitiroideos, hipolipemiantes, antihipertensivos…. y también algunos antidepresivos.
¿Los antidepresivos están relacionados con la caída del pelo?
Antidepresivos de uso extendido como la fluoxetina, sertralina, paroxetina, clomipramina, imipramina, doxepina, trimipramina, nortriptilina, amitriptilina, haloperidol…. suelen aparecer en la mayoría de listas de medicamentos que provocan caída de pelo como efecto secundario.
Parece ser que los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) como citalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina… tienen una mayor tendencia a producirla. Uno de los fármacos del que existen comunicaciones de caída del cabello aunque con una frecuencia muy reducida (1 de cada 1000 personas) es la fluoxetina aunque posiblemente se deba a que es de los más prescritos junto con la paroxetina y la sertralina, para los que también se describen algunos casos muy puntuales. En cambio, los antidepresivos IMAO (inhibidores de la monoamino oxidasa), los antidepresivos tricíclicos tras varias décadas de uso y la nueva generación de antidepresivos no se suelen estar relacionados con la pérdida de pelo.
Nuestra opinión es que algunos antidepresivos pueden provocar en algunos pacientes puntuales caída de pelo de forma difusa, con intensidad leve o moderada que en ocasiones no es perceptible para un observador externo aunque sí para el paciente.
En estos casos el diagnóstico pasa por relacionar cronológicamente el inicio de la caída del cabello a los 2-4 meses de iniciado el tratamiento. Una vez llegados a este punto se ha de valorar cúal ha sido la respuesta al mismo y si ésta es positiva continuar con el tratamiento tras hablarlo con el paciente, reducir la dosis… aunque en algunos casos el proceso de caída se detiene espontáneamente al cabo de unas semanas incluso siguiendo el tratamiento o más comúnmente cuando se va reduciendo y se acaba suprimiendo.
El efecto estético suele ser en general leve en caso de que se produzca y creemos que en la mayoría de casos la pérdida de pelo se produce más por el mismo cuadro depresivo con lo que éste comporta que por la propia acción de los antidepresivos. Así, cambios en los hábitos nutricionales, de ejercicio físico, de descanso y alteraciones en la estabilidad laboral, social y emocional que comportan los estados depresivos juegan un papel fundamental en la posible caída del pelo.