Luchar contra la caspa requiere constancia y paciencia. Aunque en sí no es una enfermedad, a veces puede ser síntoma de enfermedades como dermatitis seborreica o psoriasis. Estos son algunos consejos para eliminar la caspa.
Quien tiene el cuero cabelludo afectado por caspa sabe que puede ser un auténtica pesadilla intentar mantenerla a raya. Es incómoda y puede provocar vergüenza cuando es visible sobre los hombros. Y, sobre todo, a veces es resistente a los champús anticaspa y otros cuidados. Si has pensado en tirar la toalla, antes de hacerlo, sigue leyendo.
¿Qué es exactamente la caspa?
Periódicamente (cada dos/cuatro semanas) la epidermis del cuero cabelludo se renueva. Al igual que sucede con la piel del resto del cuerpo. Este proceso natural supone que las células muertas se desprenden, normalmente en forma de escamas tan pequeñas que no se ven. Sin embargo, en ocasiones, esa renovación se acelera más de la cuenta y las células muertas se acumulan de modo descontrolado en el cuero cabelludo. Así aparece la caspa.
Por lo tanto, la caspa es una descamación excesiva del cuero cabelludo. Esas células muertas, al acumularse en mayor cantidad, son visibles para la persona afectada y por terceros. Son pequeños restos de piel seca que se ven sobre la cabeza, la ropa, las almohadas. El hecho de que sean visibles muchas veces provoca vergüenza en la persona afectada y preocupación. También puede ser incómodo porque, en ocasiones, se acompaña de prurito (picor en la cabeza).
Tipos de caspa
El nombre técnico de la caspa es pitiriasis. Esta denominación procede de las esporas de Pitirosporum ovale, un hongo común en el cuero cabelludo capaz de hidrolizar el sebo.
La caspa puede ser de dos tipos:
- La pitiriasis seca. Es la más frecuente. La caspa aparece en escamas o copos blancos, pequeños y finos. Se desprenden con facilidad, solos o al tocarlos, porque no están pegados al cuero cabelludo. Eso hace que sean muy visibles, no ya en la cabeza, sino sobre la ropa. En estos casos no suele haber picor ni inflamación en el cuero cabelludo. El cabello en el que aparece este tipo de caspa suele ser seco, sin brillo, apagado y áspero al tacto.
- La pitiriasis esteatoide. Es la caspa grasa. En este caso las escamas aparece grandes, agrupadas. Son espesas, gruesas y con aspecto oleoso, amarillentas y pegajosas, porque están mezcladas son sebo. Están pegadas al cuero cabelludo y a la raíz del cabello, frecuentemente agrupadas en forma de placas, sobre todo en la zona frontal y en la nuca. Pero pueden afectar a todo el cuero cabelludo, que aparece enrojecido en los casos más graves, que se asocian a dermatitis seborreica.
Conocer las causas para luchar contra la caspa
Saber cuál es el origen de un problema es fundamental para poder hacerle frente. Sin embargo, luchar contra la caspa a veces no es tarea fácil, sencillamente porque su causa principal sigue siendo una incógnita para la comunidad científica.
La caspa afecta al 20 % de la población, especialmente en la adolescencia, alcanzando su punto máximo en la década de los treinta a los cuarenta años. Y se conoce también que es un problema que se aviva en invierno y mejora en verano. Se ha descartado su relación con la falta de higiene (en el pasado llegó a asociarse erróneamente), aunque puede agravar su condición en caso de existir.
Pero, ¿por qué aparece? Estas son algunas de la cosas que se saben:
- Aunque muchas personas piensan que están relacionados, la caspa no tiene que ver nada con el estado emocional de quién la padece. Sin embargo, en situaciones de estrés parece agravarse.
- Los cambios hormonales pueden desencadenar o agravar la caspa.
- Uno de los factores desencadenantes que se manejan es el desequilibrio en la flora microbiana del cuero cabelludo. Esto es debido a que en la caspa se ha observado ese hongo llamado Pitirosporum ovale del que hemos hablado antes.
- La caspa también puede estar relacionada con la sensibilidad de quien la padece a determinados productos para el cuidado del cabello.
- En ocasiones, la caspa puede ser un síntoma de enfermedades capilares y dermatológicas subyacentes como la dermatitis, la psoriasis o eccemas, que deben ser tratados por un especialista.
- Como comentábamos, se trata de un problema que se agrava con el frío. Esto se explica porque las bajas temperaturas tienen un efecto vasoconstrictor del cuero cabelludo. El riesgo sanguíneo no es tan fluido como en circunstancias normales, por lo que se dificulta la llegada de nutrientes al cuero cabelludo. El pelo, menos nutrido, aparecerá más seco, sin brillo y así se explica la aparición de caspa y en ocasiones prurito.
Soluciones para luchar contra la caspa
Los cuidados para luchar contra la caspa empiezan por una buena elección de productos cosméticos. Sin embargo, no basta con comprar cualquier champú anticaspa del mercado. Lo mejor es consultar con un especialista en tricología, porque hay diferentes fórmulas adaptadas a los distintos tipos de caspa.
Para la pitiriasis seca puede ser suficiente un champú anticaspa suave con pH fisiológico, que evitará que se produzca más descamación. Para casos de caspa grasa, pueden estar recomendados productos con efecto queratolítico (exfoliante), en forma de lociones o champús que consiguen despegar las placas acumuladas en el cuero cabelludo.
Pero hay fórmulas anticaspa con propiedades antifúngicas, antibacterianas y formuladas con una serie de sustancias específicas, que deben estar indicadas, en concreto, para el paciente en cuestión.
Una vez elegida la fórmula, es muy importante seguir de manera rigurosa las instrucciones de uso del prospecto y las explicaciones del farmacéutico. Según el caso, puede ser necesario dejarlo actuar sobre el cuero cabelludo o aclararlo de inmediato.
Utilizarlo varias veces por semana o en una única ocasión. Y observar de modo escrupuloso estas pautas puede ser clave en el éxito de su funcionamiento. Por eso, ante la duda, consulta a tu farmacéutico.
- Como pauta general, al lavar una cabeza afectada de caspa es importante realizar un masaje suave. Esto ayuda a desprender las descamaciones. No hay que frotar demasiado, sino hacerlo de modo delicado, con las yemas de los dedos.
- En ocasiones, el champú anticaspa debe alternarse con champús suaves. Curiosamente, según la AEDV, los caucásicos y asiáticos mejoran su condición si alternan el champú anticaspa (dos veces por semana) con otro normal (el resto del tiempo). Y, en el caso de los africanos, bastaría el anticaspa una sola vez por semana.
- El agua de la ducha debe estar templada y no muy caliente. Así evitas irritaciones añadidas en el cuero cabelludo, lo que acabaría produciendo aún más caspa a la larga.
- Por el mismo motivo, el secador debe usarse con aire templado.
- Productos agresivos para el pelo o utilizados en demasiada cantidad y/o frecuencia pueden agravar la caspa.
¿Y si todo esto no funciona?
Más allá del problema estético, la caspa en sí misma es un problema dermatológico que no reviste gravedad. El problema es que, en ocasiones, puede ser síntoma de una patología subyacente como la dermatitis seborrea o la psoriasis. Y en esos casos sí necesitan la intervención de un especialista.
Un especialista sabrá valorar tu caso e indicarte el mejor tratamiento a seguir. En ocasiones, pueden ayudar opciones de tratamiento como el Plasma Rico en Plaquetas.
Si tienes dudas sobre tu caso, te invitamos a que respondas a nuestro test del pelo y, en cualquier caso, puedes pedirnos cita sin compromiso para una valoración.