La historia del trasplante de pelo ha sufrido un largo recorrido hasta conseguir los resultados de densidad y estética de nuestros días. No ha sido un camino fácil, sino más bien tortuoso y difícil luchando contra la complejidad y la falta de instrumentación y, fundamentalmente con la paciencia y tiempo de las personas que se han dedicado y se dedican a este arte.
Según ciertos documentos, se conoce que en 1800, fue un tal Baromio quien realizó el 1er trasplante de pelo con éxito en animales, pero el primero en realizar un autotrasplante de pelo con éxito para el tratamiento de la alopecia producida por cicatrices traumáticas fue Dom Unger en 1822, tras lo cual dijo:
Tunc calvities res rara erit.
Es decir: «entonces, la calvicie será algo raro».
No ha llegado a cumplirse su previsión, porque la calvicie existe pero a diferencia del pasado, ahora hay una solución disponible para quien lo desee.
Los primeros trasplantes de pelo propio de una zona a otra, se realizaron en Japón, debido a las heridas de guerra producidas durante la II Guerra Mundial.
En 1939 un dermatólogo japonés llamado Okuda describió el método del trasplante de pelo utilizando injertos de piel total que contenían folículos pilosos en el bigote, las cejas y el cuero cabelludo a través de un sistema de punch o perforación.
En 1943 Dr. Tamura realizó la reconstrucción de pelo púbico utilizando folículos pilosos libres. En 1953 Fujita realizó reconstrucciones en cejas de leprosos, alopecias por quemadura, cejas y pestañas alopécicas debidas a «nevus pigmentados», ausencia de pelo púbico, alopecia areata en zona occipital, vitíligo alrededor de la boca y bigote…
Pero…desgraciadamente, todos estos descubrimientos de dermatólogos japoneses no tuvieron eco en occidente debido a la Segunda Guerra Mundial.
En 1950, Dr. Barsky observó que los injertos procedentes de áreas como la axila o pubis injertados en la cara o en el cuero cabelludo daban lugar al crecimiento de un pelo diferente del anexo, debido a que el tipo de pelo de la zona donante era completamente diferente de la zona donde existía el defecto. De ahí el concepto introducido por el Dr. Orentreich en 1959: “injerto donante-dominante”, mediante el cual se describe que “los injertos trasplantados continúan mostrando las mismas características de la zona de la cual han sido obtenidos”. Finalmente este doctor observó la posibilidad de realizar este tipo de tratamiento en aquellos pacientes afectados de alopecia androgenética.
A partir de este hito del Dr. Orentreich se han ido desarrollando, ideando y creando nueva metodología y nuevo material con el que preparar estos injertos. Ello ha conllevado una disminución progresiva en el tamaño de los injertos. En los años 90, se introdujo el trasplante de «unidades foliculares», cambiando para siempre la cirugía del trasplante de pelo.
En la actualidad se ha llegado a obtener las llamadas «Unidades Foliculares» que son las agrupaciones de 1,2 o 3 folículos que vienen determinadas naturalmente y que separan mediante microscopio de alta resolución para ser posteriormente injertadas.
Toda esta constante evolución ha permitido mejorar el resultado estético de la cirugía de trasplante de pelo y por otro lado el mayor número de injertos que se trasplantan actualmente ha conllevado una evidente mejoría en cuanto a densidad de pelo obtenida. El resultado natural dependerá de la habilidad del especialista y su interpretación del pelo del paciente y de la técnica seleccionada.
Este avance en el conocimiento, técnicas y materiales para la realización del trasplante ha influido positivamente en la decisión final de los pacientes, ahora mucho más seguros sobre la garantía de resultados de un trasplante de pelo, convirtiéndose así en una solución cierta de la calvicie.