¿Cuál es el riesgo de rechazo de un injerto capilar?

doctor analizando la densidad del pelo a un paciente

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El riesgo de rechazo de un injerto capilar es una de las dudas principales de nuestros pacientes. Prácticamente en todos los casos nos plantean esa cuestión y ese temor. Sin embargo, no existe el menor riesgo de rechazo al pelo trasplantado. Explicamos por qué.

La intervención para el trasplante de pelo es de tipo autóloga. Esto quiere decir que el paciente recibe pelo del propio paciente. Es imposible, por lo tanto, que haya riesgo de rechazo de un injerto capilar. Esto se debe a que el organismo reconoce como propio los cabellos injertados. Simplemente se han movido de una zona donante a otra alopécica.

¿Por qué no hay riesgo de rechazo de un injerto?

El pelo que se va a trasplantar se obtiene generalmente de la parte posterior y laterales del cuero cabelludo del propio paciente. De este modo, el donante y el receptor son la misma persona. Por este motivo, el riesgo de rechazo de un injerto es algo que ni siquiera se contempla.

El hecho de que se obtenga el pelo de esas zonas donantes (área posterior y laterales de a cabeza) en concreto no es casual. En esas ubicaciones, el cabello está genéticamente preparado para subsistir para siempre. No se cae. El motivo de su supervivencia es que tiene la capacidad de ser ajeno a la actividad de la DHT, que es la hormona que genera la calvicie.

El donante y el receptor son la misma persona. Por este motivo, el riesgo de rechazo de un injerto no existe

De modo que para un injerto de pelo se extraen las unidades foliculares de esas zonas “resistentes” a la calvicie. Y después se implantan en las zonas receptoras, aquejadas de alopecia. Generalmente, estas son la zona frontal y la coronilla. Allí crecerán del mismo modo que en su ubicación original.

Se trata, simplemente, de un autotrasplante. Esas zonas receptoras “acogen” las nuevas unidades foliculares como si fueran suyas. Y por lo tanto, es absolutamente imposible que el organismo lo identifique como algo externo ante lo que deba defenderse. El riesgo de rechazo de un injerto, directamente, no existe.

Este es el motivo por el que los injertos de pelo deben siempre ser autólogos. No se permite hacer trasplantes con pelo de terceras personas. Solo es posible hacerlos con cabello del propio paciente. En otro caso, el riesgo de rechazo de un injerto sí existiría y muchos de los procedimientos de trasplante de pelo acabarían en fracaso.

Técnicas de injerto capilar

El riesgo de rechazo de un injerto capilar es inexistente, con independencia de la técnica que se utilice para el trasplante. El procedimiento es, de base, el mismo: extracción de pelo de una zona donante del paciente para su implantación en una zona receptora.

En la actualidad se utilizan dos técnicas de injerto capilar, de máxima efectividad y con una larga trayectoria de éxitos.

  1. La técnica FUE, las siglas en inglés de Follicular Unit Extraction (Extracción individual de folículos). Las unidades foliculares de uno, dos, tres o cuatro pelos, se extraen de manera individual. No es necesario dar puntos ni quedan cicatrices.
  2. La técnica FUSS (en inglés, Follicular Unit Strip Surgery), también conocida como la “técnica de la tira”. En este caso, se trasplanta pelo a zonas despobladas mediante la extracción de una tira de cuero cabelludo de una zona donante con suficiente densidad capilar.

Después del trasplante

Los meses siguientes al injerto de pelo son fundamentales para obtener un buen resultado final. Este no será definitivo hasta que no hayan pasado entre nueve y doce meses de la intervención.

Aunque el riesgo de rechazo de un injerto no existe, el paciente debe conocer que sí puede darse un fenómeno que se llama shock loss o efluvio telógeno. Se trata de una situación transitoria en la que, a los pocos días de la intervención, el pelo recién trasplantado se cae. También llamado shedding, este suceso no supone que el microinjerto no haya funcionado. Ni que el organismo haya rechazado el cabello en la zona receptora.

A partir de ese momento, los folículos trasplantados quedarán en reposo durante tres meses aproximadamente. Y después, comenzarán a crecer con normalidad, y lo harán al mismo ritmo que lo hubieran hecho en la zona donante.

Es posible que al principio el nuevo pelo que nazca se vea más fino y frágil que el resto. Sin embargo, con el tiempo se irá fortaleciendo hasta quedar como un cabello normal, con perfecta salud.

El pelo trasplantado no se va a caer, pero el paciente debe tener en cuenta que puede seguir perdiendo cabello de otras zonas. Por eso se hace un estudio particular de cada caso y, si se ve conveniente, el especialista puede indicar tratamientos para después de un trasplante capilar.

Si tienes dudas sobre este asunto o deseas más información sobre el trasplante de pelo, puedes pedirnos cita sin compromiso en nuestra Clínica capilar Instituto del Pelo.

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