Corregir un injerto poco natural es posible. Muchos pacientes nos llegan con esta duda, insatisfechos con el resultado de una intervención anterior en otro centro. La reparación de la cirugía capilar permite mejorar la apariencia y conseguir resultados naturales.
La mayoría de los problemas estéticos de una intervención con resultados poco satisfactorios tiene solución: la cirugía de retoque de injerto de pelo.
El motivo principal que puede llevar a un paciente a someterse un segundo trasplante de pelo es su disgusto con el resultado del primero. Puede ser porque esa primera cirugía tuvo lugar hace años y la técnica ha quedado obsoleta. O puede que el aspecto obtenido no fuera suficientemente natural.
En la actualidad, gracias al trabajo casi artesanal de nuestros expertos y al dominio de las técnicas más avanzadas, esta situación no se produce. De hecho, en la Clínica del Pelo nuestro único objetivo es conseguir un resultado natural. Por eso también somos expertos en corregir malos resultados de un injerto anterior, para que el paciente quede por fin satisfecho.
Motivos para corregir un injerto poco natural
¿Por qué se decide que hace falta corregir un injerto poco natural? ¿Qué sucedió en esa primera cirugía para que el paciente no quedara contento?
Varios motivos se esconden detrás de un resultado insatisfactorio. Si no se eligió el método de trasplante capilar adecuado, desde luego. Pero puede también que hubiera mala praxis o que quienes ejecutaron la cirugía eran inexpertos. En ocasiones porque, junto con resultados poco naturales (que veremos más adelante) quedaron cicatrices visibles. Todo son razones por las que un injerto puede necesitar ser corregido.
A todos esos motivos podemos sumar uno más: en la primera cirugía, el paciente tenía unas expectativas que no eran realistas. Pero el cirujano no las ajustó a la realidad.
Por suerte, hoy disponemos de técnicas avanzadas de trasplante capilar. Así se pueden corregir y mejorar resultados poco satisfactorios.
Errores comunes
Los principales problemas estéticos que pueden llevar a necesitar corregir un injerto poco natural son:
- Injertos muy grandes o muy marcados (efecto “pelo de muñeca”).
- Línea de implantación del pelo injertado muy baja o muy gruesa.
- Mala elección del ángulo de salida del pelo.
- Cicatrices en la zona receptora o en la zona donante.
- Áreas que se intentaron cubrir y que son demasiado grandes.
- Concentración inadecuada de folículos pilosos (por defecto o exceso).
- Poco cuidado en el postoperatorio.
Los analizamos uno a uno.
Los injertos muy grandes y efecto “pelo de muñeca”
Es uno de los resultados más comunes en injertos de pelo que se practicaban hace años. Eran injertos demasiado grandes y muy marcados que, con los años, derivan en lo que conocemos como “pelo de muñeca”. Esto sucede cuando la densidad del cabello injertado en fragmentos grandes es excesiva. Los propios injertos se contraen y el resultado son concentraciones de pelos en unas áreas y zonas despobladas en otras.
Una línea de nacimiento de pelo muy marcada
La elección de la posición de la línea de implantación del pelo en la frente y las entradas es importantísima. Si queda demasiado baja o es muy gruesa, el resultado será insatisfactorio. Y hará necesario corregir un injerto poco natural en el futuro.
Es ocasiones hay que descartar la idea inicial del paciente de ubicar la línea de implantación donde él recuerda que la tenía. De ubicarla demasiado baja, el trasplante podría fracasar si el paciente padece alopecia androgenética. Porque, respondiendo al patrón de ese tipo de alopecia, el cabello podría volver a caerse. De modo que se correría el riesgo de que quedara una línea frontal con cabello trasplantado y luego zonas alopécidas tras esa línea frontal.
Por eso es importante conocer el patrón y progresión de caída de cabello del paciente. Además, el cirujano debe tener en cuenta que el pelo no crece de un modo regular en su distribución de manera natural.
Mala elección del ángulo de salida del cabello trasplantado
Un pelo trasplantado y colocado en una dirección incorrecta es otro problema habitual.
El pelo crece en direcciones diferentes en las áreas delantera y central de la cabeza. Su crecimiento cambia hacia un patrón más radial en la zona de la coronilla. El pelo sale de los folículos en un ángulo agudo, que no siempre es el mismo.
El cirujano debe tener en cuenta todos estos aspectos. Debe respetar la dirección de crecimiento del pelo natural del paciente. Y, en cuanto al ángulo, en ocasiones debe modificarlo ligeramente porque los injertos tienen tendencia a enderezarse un poco durante el periodo de cicatrización.
Ser minucioso en todos estos detalles asegura las posibilidades de éxito del injerto y un paciente satisfecho en el futuro.
Disimular cicatrices
Otro de los motivos que hace necesaria una cirugía de corrección es la necesidad de disimular cicatrices de la primera intervención.
En la técnica FUSS de injerto capilar, los pelos de la zona donante se extraen mediante una fina banda de piel con cabello de entre 15 y 20 cm de longitud por 1 cm de ancho aproximadamente que se obtiene de la zona posterior o lateral de la cabeza con posterior sutura de la misma. Los puntos se retiran a los 12-14 días aproximadamente. Como resultado queda una cicatriz que es estéticamente invisible siempre que el pelo circundante tenga una longitud mínima de unos 0,5-1cm.
El problema se da cuando esa cicatriz es demasiado ancha y queda más visible, especialmente si el pelo se lleva muy cortito. También si la cicatriz queda demasiado alta y, en el futuro, se ve afectada por la alopecia en la zona de la coronilla. O si, por el contrario, quedó demasiado baja y se ve en la zona de nacimiento del cabello en la nuca.
Pretender cubrir áreas demasiado grandes
El problema de querer cubrir áreas demasiado grandes es hacer injertos en zonas donde el pelo se puede seguir cayendo. Por ejemplo, si se trata de un paciente cuya alopecia no está estable, sigue progresando y se le implanta pelo en la coronilla, puede que en el futuro el pelo trasplantado quede en una “isla” con zonas despobladas a su alrededor.
Concentración inadecuada de folículos pilosos
Esa concentración inadecuada de folículos pilosos puede producirse en dos sentidos: por ser demasiado escasa o demasiado abundante. La primera situación es más frecuente. Si, por un mal cálculo del cirujano, las unidades foliculares a extraer no son las necesarias (se quedan cortas), no se conseguirá la densidad adecuada. Peor también puede darse una sobre explotación de la zona. Esto se produce cuando el cirujano extrae demasiadas unidades foliculares de la zona donante. Esto puede motivar que en esas zonas donantes (habitualmente son el el área posterior y áreas laterales de la cabeza) se dañen y queden con poca densidad.
Menos frecuente es que el cirujano haga una concentración excesiva de folículos pilosos injertados. Implantar demasiadas unidades foliculares compromete el trasplante. Es posible que no haya una irrigación sanguínea adecuada y esas unidades no puedan crecer con normalidad.
Poco cuidado en el postoperatorio
Más allá de inexperiencia, malos cálculos o mala praxis del cirujano, el éxito de un trasplante también depende de los cuidados postoperatorios. Si el paciente no sigue las indicaciones de su médico, es posible que se comprometa el buen resultado.
En todos los casos, ponerse en buenas manos es la mejor opción para corregir un injerto poco natural. En la Clínica del Pelo somos especialistas y es habitual que acometamos un segundo trasplante de pelo en pacientes que lo necesitan.
Si estás pensando en corregir un injerto poco natural, pide cita sin compromiso y valoraremos tu caso.