Para proponer un trasplante de pelo a un paciente hemos de considerar que éste sea un candidato ideal.
Para ello, entre otros factores, valoramos:
- El tipo de alopecia.
- La edad del paciente.
- La evolución de su calvicie.
- El grado de alopecia que presenta y que se miden por las escalas Hamilton-Norwood y Ludwig, para hombres y mujeres, respectivamente.
- Las zonas donante y receptora.
- Los tratamientos médicos y quirúrgicos previos.
- La presencia de enfermedades propias del cuero cabelludo o de enfermedades sistémicas.
- Los posibles trastornos de la cicatrización.
- El perfil psicológico del paciente .
En definitiva se trataría de valorar a fondo el estado de salud del paciente, las características de la zona donante, la extensión de la zona receptora a cubrir y las expectativas del paciente.
¿Qué factores pueden influir en el resultado final del trasplante de pelo?
Pero además hay una serie de condicionantes que pueden influir en el resultado final del trasplante de pelo. Así, tienen una importancia decisiva tanto la extensión, densidad y elasticidad de la zona donante a nivel de nuca y zonas temporales para saber cuál es el caudal de pelo del que podemos disponer, como las características del cabello de cada paciente en cuento a color, textura, ondulación….que nos conferirán uno u otro aspecto final.
¿Hay un cabello mejor que otro para un trasplante de pelo?
Estructura: el cabello puede ser según su apariencia física:
- Liso, lacio o lisótrico: la forma del folículo es circular y está orientado verticalmente a la superficie de la piel formando un ángulo recto con ella.
- Ondulado o cinótrico: tiene forma oval y está orientado formando un ángulo agudo. Ver este caso de trasplante de pelo en cabello ondulado.
- Rizado o ulótrico: tiene forma elíptica y la orientación es paralela a la superficie de la piel. Ver este caso de trasplante de pelo en cabello rizado.
Textura: otras cualidades del cabello como la elasticidad, la resistencia (rotura, térmica, cambios de pH…), la porosidad y el diámetro del pelo con variaciones de grosor de hasta 0,08 mm son debidas a la estructura filamentosa de la queratina.
Color: distinguimos cinco grupos básicos en cuanto a colores del cabello: rubio, pelirrojo, castaño, negro y gris/blanco. Los pigmentos responsables del color son las melaninas producidas por los melanocitos que adaptan su actividad al ciclo piloso y la producen durante la fase anágena o de crecimiento.
Al igual que para la depilación láser un paciente ideal sería el que presentara la combinación de piel clara fototipo 1-2 con pelo grueso y oscuro, en el trasplante de pelo también tenemos, por decirlo así, nuestro paciente ideal.
En este sentido, un pelo ondulado o rizado, con un buen diámetro que confiera una buena textura y de color castaño oscuro, negro o incluso negro con algunas canas (conocido como “sal y pimienta”) sería el que nos ofrecería un resultado óptimo. Este tipo de pelo es el que nos permitirá alcanzar los dos objetivos que nos proponemos cuando hacemos un trasplante de pelo: la naturalidad y la densidad.
Por el contrario, pelos rubios claros, muy finos y lisos serán los que obtienen comparativamente un menor resultado por causas obvias.
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