En pacientes en los que la primera línea del pelo nace muy arriba se puede percibir una frente que el propio paciente describe como frente ancha. Las causas más frecuentes son la genética que se puede transmitir de generación en generación y que se manifiesta desde el nacimiento y por otro lado la pérdida progresiva más o menos rápida de cabello en procesos de alopecia androgenética.
La consulta para la modificación de la línea del pelo en frentes anchas suele ser más frecuente en mujeres que en hombres y la expectativa es disminuir el tamaño de la frente y buscar asimismo una primera línea más redondeada a nivel temporal para lograr una apariencia más femenina. Hasta entonces es frecuente que la paciente disimule esta frente ancha con cortes de cabello y distintos tipos de flequillos.
El objetivo de una nueva línea de pelo que sea natural implica tener presentes una serie de factores tales como la edad, origen étnico, la posibilidad de pérdida de cabello como proceso asociado, la densidad que se pueda obtener, el ángulo de nacimiento del nuevo pelo o la distancia entre la primera línea de pelo y las cejas. En este último aspecto se recomienda por término general una distancia de unos 7-8 cm entre los primeros pelitos frontales y la glabela (zona entrecejo) aunque en ocasiones más vale pecar de prudencia sobretodo en pacientes jóvenes cuyo proceso evolutivo de recesión suele ser más rápido ya que la posible pérdida futura de pelo puede derivar en un aspecto antiestético del paciente.
¿Qué técnicas existen para disimular frentes anchas con la línea del pelo?
Existen varias técnicas para avanzar la línea de pelo para disimular frentes anchas. Las alternativas más conocidas son:
1) Técnica de colgajos del cuero cabelludo a nivel anterior: Varios autores (Juri, Fleming Mayer) describieron distintas técnicas de colgajos que aunque fueron populares en su momento ya que permitían obtener una línea de implantación muy densa y resultados prácticamente inmediatos, la realidad es que las complicaciones post-operatorias las han llevado a un desuso total hoy en día.
2) Resección quirúrgica de la piel sobrante con incisiones irregulares que resulten imperceptibles y que respeten los folículos pilosos para que crezcan a través de la cicatriz y así la incisión resulte lo menos visible posible: aunque es una técnica rápida, segura y bien tolerada requiere de una gran habilidad por parte del cirujano para realizar una sutura muy delicada y siempre está sujeta a la cicatrización individual de cada paciente en una zona que es muy visible, con lo que se deduce que las principales complicaciones son de tipo cicatricial.
3) Trasplante de pelo: consiste en extraer una fina tira de piel con cabello de la zona donante de la nuca y posteriormente introducir los injertos previamente diseccionados. Se intenta buscar la mayor estética y naturalidad posible a nivel de primera línea con las unidades foliculares de 1 solo pelo y una mayor densidad a nivel posterior con injertos de 2-3 pelos. Los resultados obtenidos suelen ser buenos y por ello es la alternativa preferida aunque hay que tener presente que dependiendo de las expectativas de los pacientes pueden ser necesarias varias sesiones para lograr la densidad de pelo deseada.